La misma idea de iniciar un negocio propio es desalentadora. Es un salto enorme y valiente de una estructura aparentemente estable de un empleo, a una estructura aparentemente inestable de crear una empresa desde cero y dirigirla. Piensa en todo lo que necesitas hacer para poner en marcha tu emprendimiento. Incluso si tienes una idea brillante que estás seguro que será un éxito, primero debes encontrar la manera de financiar el negocio. Además, tienes que estar constantemente investigando, planificando, organizando, dirigiendo y puliendo tu proyecto.
En el camino, puede ser que necesites adaptarte a las políticas y legislaciones gubernamentales, hacer frente a la competencia, responder a tu comunidad y empleados, y otras situaciones con las que puedes no estar familiarizado. Aún así, ser dueño de tu propio negocio es una tentadora posibilidad para desarrollarte. A continuación te presento algunos de los beneficios de tener una pequeña empresa:
Fomentan y conducen la innovación
Aquellos que se atreven a emprender un negocio son personas automotivadas y tomadoras de riesgos calculados. Los emprendedores tienen que tomar en cuenta muchos detalles que los llevan a ser individuos de múltiples facetas capaces de inyectar pasión a través de su trabajo.
Las pequeñas empresas no suelen tener mucho capital que las respalde. Debido a estas enormes restricciones monetarias, se ven obligadas a trazar estrategias efectivas y ejecutarlas eficientemente. En tiempos aparentemente insoportables, estas empresas hacen lo que mejor saben hacer: adaptarse e innovar para sobrevivir.
A diferencia de sus contrapartes más grandes, las pequeñas empresas pueden transformar y reorientar sus esfuerzos con facilidad. Ellas pueden seguir sus ideas y establecerse con éxito en su nicho de mercado sin tener que luchar a través de complejas escalas burocráticas.
Orientadas al servicio
Es precisamente la falta de burocracia lo que hace a los pequeños negocios más atractivos para sus clientes. Piensa en esas melodías que escuchas en el teléfono esperando eternamente para que un representante de servicio al cliente este disponible para atender tu llamada, y peor, que no sepa responder a tus necesidades. Esto es algo que rara vez sucede cuando llamas o visitas un negocio local.
Los clientes buscan un grado de conexión más allá de la de un producto o un servicio. Las pequeñas empresas reconocen esta necesidad de una relación dinámica entre el proveedor y el mercado. Ellas tienen un sentir más fuerte con sus clientes, principalmente debido a que son típicamente más cercanas a ellos.
Mantienen la economía a flote
Las pequeñas empresas generan empleo y proporcionan un campo de entrenamiento práctico para las personas que trabajan en ellas. Como mencioné antes, la inventiva nace de las limitaciones. Cuando piensas en ello, las grandes empresas de hoy fueron también una vez pequeñas empresas.
Además, las pequeñas empresas tienden a confiar entre sí para la adquisición de productos. Por ejemplo, una panadería que compra huevos de una granja local y viceversa. Esta interacción inherente crea una relación duradera muy rentable para ambos negocios. Es importante fomentar el consumo de productos locales si se quiere mantener a flote la economía de la región.
Al final, es la lucha de un empresario para lograr un negocio de éxito donde él encuentra su realización y satisfacción personal.