Muchas micro, pequeñas y medianas empresas son negocios familiares; varias han estado operando durante años, mientras que otras son lo que se conoce como startups —nuevos negocios—. Algunas empresas familiares se han transmitido de padres a hijos u otros miembros de la familia y han permanecido en el mercado durante décadas. Aunque cualquier empresa familiar que hoy esté celebrando una década o más se merece una gran celebración, ya cada vez es más raro que los negocios perduren. La pregunta que surge es: ¿Qué se debe hacer para que un negocio familiar perdure?
Cuando se maneja un negocio en familia, es esencial contar con un código de conducta; de este se determinará gran parte de la longevidad y rentabilidad que pueda tener la empresa. Desgraciadamente, hoy en día, los pilares esenciales de un buen código de conducta están ausentes.
Los siguientes 3 códigos pueden ayudarnos a evitar problemas y dar mayor estabilidad a nuestra empresa familiar:
El respeto
Hablamos de un bien que no podemos cuantificar, es difícil de describir pero es obvio cuando está ausente. Se le otorga respeto a alguien más cuando se le da derecho a expresar su opinión; así muestras que todas las voces cuentan. Este se evidencia ante el contacto visual, las expresiones faciales, el lenguaje corporal y la forma en que tratas a las personas frente a otras.
El correcto uso de las palabras
Habladas y escritas, las palabras tienen la capacidad de hacer daño. Pueden dejar marcas para toda la vida; una vez dichas no pueden ser borradas, es por eso que debemos tener cuidado con lo que decimos y la forma en que lo hacemos. Nadie quiere ver destruido un proyecto por este tipo de cosas, ¿cierto?
La cortesía
Trabajar con alguien que te conoce muy bien a veces puede conducir a saltos en la comunicación, esto puede provocar daños en las relaciones entre ambos y los demás trabajadores. Sé cortés con los demás y mantén un buen ambiente en la casa y el trabajo. Los buenos modales son una excelente base para un código de conducta aceptable.